martes, noviembre 23, 2004

Amores de Verano, Otoño e Invierno. Retrato a mi Corazón

“Mauro, yo ya no quiero estar más contigo, realmente esto ya no da más”, fue lo último que Andrea me gritó a través del teléfono, mientras la música de fiesta y el ambiente de alegría reinaba a cuatro casas de ella. En ese instante no sentí el peso de sus palabras como lo sentiría en un tiempo más adelante, cuando me diera cuenta de la falta que me hacia tenerla a mi lado y me sintiera tan solo y vacío como antes.

Como dije antes al principio no le di mucha importancia a lo que me dijo, no era la primera vez que me decía lo mismo,“Mauro, tuve un sueño, soñé con Dios y me dijo que nuestra relación estaba mal”, y pensé que tampoco sería la última, pensé en darle un tiempo para que meditara y luego ir a verla y hacer la misma rutina de todas nuestras separaciones, que por serlo no era ni más verdadera, ni falsa que cualquier otra muestra de amor, decirle cuanto la amaba y que no quería perderla por nada en este mundo, pero esta vez al ir a verla, no salió, no quiso hablar conmigo jamás sabré si fue por decisión de ella o fue su familia la que no la dejo salir. Nunca supe el motivo de nuestra separación, siempre me he imaginado muchos, pero jamás sabré la verdad.“Fuiste el condón roto, jamás te pedí venir a este mundo”, después de todo esa frase no fue tan mala, fue lo que dejó a mi y a mi familia volver a nuestra casa. Ahora que tenía mi casa de vuelta, tenía la excusa perfecta para no volver donde ella.

Acabado por la rutina, ya no sabía que hacer, ya casi se acababa el colegio y no tendría nada diferente en mi vida, solo se limitaría a despertar, ver televisión o escuchar música, comer algo y nuevamente ir a dormir. Yo no quería eso por nada del mundo!!!!!, pero parece que el destino sí. En diciembre robaron el lugar donde trabajaba, ya con eso marcaba el final de mi estadía en ese local, ahora si que no tenía elemento para salir de la rutina, tenía demasiado miedo, tenía demasiado miedo de volverme un ser inerte un ser sin nada, después de haber sido tan Vivo!.

No recuerdo bien el día, pero necesitaba ir a conectarme para conversar con alguien o hacer algo. Iba saliendo y mi madre me dijo que se había puesto un cyber café en la villa y fui hacia allá, vi a la mujer que trabaja allí y en ese instante se notaba que no entendía demasiado, empezamos a conversar y nos hicimos “amigos”. Decidí contarle por lo que estaba pasando y que además necesitaba dinero para poder sustentarme, ya que en ese entonces mi padre no aportaba con nada a nuestra familia, ella me dijo que me podría ayudar y me dio trabajo en el local. Está bien, era solo un simple trabajo, pero jamás había estado tan feliz, eso significaba en no caer dentro de una rutina y poder mantener algo de alegría dentro de mí.

“Andrea, sabes que aún te amo y dudo mucho que te vaya a olvidar pronto, es más no puedo para de pensar en ti, no sé que hacer para volver a estar contigo, tengo miedo, mucho miedo... NO SABES CUANDO TE AMO!... no quiero volver a sentirme solo, ni tampoco quiero dejarte sola con tu familia, sé como son contigo, sé cuán desprotegida estás, sé cuanto miedo te da llegar a tu casa, sé que aún me amas, pero algo no te deja hacerlo en paz. Por favor dime qué es... Solo te pido eso, entiéndeme...” solo oí como caía el teléfono y algo parecido a un llanto.

Tenía trabajo, algo esencial para no sentirme vacío, pero no la tenía a ella. Recuerdo que la primera semana en el local, fue insoportable, estaba demasiado solo. Por azares del destino conocí a mi primer amigo dentro de la villa, el Pancho, aunque ahora ya casi ni nos hablamos no puedo decir que el no tuvo influencia en mi, su gran personalidad me ayudó a conocer a mucha gente y gracias a él aparecieron los que ahora son mis “amigos”.

Ese verano fue el mejor de toda mi vida, carretee como nunca, me sentí demasiado apoyado, sentía que por fin lograba algo que tanto me había costado tener amigos dentro de la villa, me sentía acompañado, bien, contento, me sentía nuevamente persona, estaba demasiado bien. Con ellos cerca ya casi ni pensaba en Andrea y te podría asegurar que ya al cuarto mes de sufrimiento estaba mejor, ya podía escuchar esa estúpida canción sin derramar una lágrima, ya podía hablar abiertamente de ella sin sentirme mal y ya podía decir que la había olvidado.

Después de haberme sentido tan bien, tenía la necesidad de estar con alguien, alguien más cercano que mis amigos, alguien con quien estar los dos solos, alguien a quien proteger, alguien a quien amar, necesitaba con demasiada urgencia un reemplazo de Andrea. Mi tonto corazón salió rápidamente a la búsqueda de alguien y cayó, en primer lugar, ante ella: Paz.

“Como te puede gustar la Paz, o sea... es la Paz, la de todos”. Era extraño, era demasiado extraño, no sabía por ella me gustaba tanto, era como que eso no debía pasar, a persona que le comentaba se reía y yo no sabía como reaccionar y solo le decía que me gustaba, que por algún motivo u otro me gustaba, me sentía bien con ella, ahora si me puedo responder, solo era porque necesitaba estar con alguien. Esta caída llegó al punto de ser chistosa, me obligaron a decírselo y en ese instante ella cambió conmigo, fue demasiado cruel conmigo, pero yo no estaba enamorado de ella, solo me gustaba, no sé como me puede gusta alguna comida o algún actividad o la mina que paso delante de mí. Ella le dio demasiada importancia y pensó que podía hacer conmigo lo que quisiera, pero esta vez, lo reconozco solo esta vez, no pasó eso. Más que bonito, esto fue chistoso, casi tonto y lo noto, porque mi forma de escribir con respecto a ella cambió demasiado. Ahora que sabe que ya no me interesa, somos buenos amigos es más, le tengo mucho aprecio, pero solo eso porque no estaría con ella.

En las primeras semana en el cyber café, mientras trabajaba encontré amigos, pero también conocí mucha gente que jamás había visto antes en la villa y ante eso aparecieron ellas dos, primero la Jo, ya que siempre recuerdo que venía y compraba dos helados de mora, ahora sé para quien era el segundo. Y la Natalia que siempre venía en ayuda de tareas o cosas así. Las primeras veces que las vi, no fueron las que quedaron en mi, sino que fue a través del tiempo, se podría decir que caí primero con Natalia, pero solo después de 5 meses de haberla conocido, yo tímido como siempre jamás me atreví a hablarle más que para lo que necesitaba del local o en lo que necesitaba ayuda, hasta que un día pasó algo extraño y que me dio esperanzas de algo. Alguien me agregó a MSN, no era la primera persona que lo hacía desde que empecé a trabajar allí, algunos niños agregan a toda la lista de contactos que quedan al iniciar sesión. No le di mucha importancia. Yo estaba con ganas de saber su MSN para agregarla y por lo menos generar confianza a través de eso y luego poder conversar de algo más que el cyber o lo que no entendía en los PC’s. De manera casi preparada, vino ese día se metió a MSN no más de 5 minutos y se fue, espere que saliera y revise su correo y era el que se me había agregado anteriormente. Ahora no me despegaba del MSN esperando que ella se conectará, hasta que un día viernes, lo recuerdo porque al otro día tenía que trabajar, empezamos a conversar y se creó ambiente, fue lindo, me sentí bien. Decidí invitarla a salir y ella dijo que ningún problema. Pasaban los días y todo iba bien, es más ya era como que solo tenía que uno decir quiero estar contigo y listo, pero creo que ninguno de nosotros dos jamás tomo muy en serio lo que estaba pasando, aunque yo estaba “encantado”, pero no lo suficiente como para darle toda mi atención a ella. A su vez conocí a otra persona, o sea ya la conocía algo, pero esa vez fue como genial, fue un encuentro en la micro, no sé de donde saqué valor y me senté al lado de ella, iba con su hija, Antonia, para mi jamás fue un impedimento o algo que me molestara, bajamos de la micro y me invitó a pasar a su casa, conversamos como nunca y cree un ambiente que jamás debería haber sido así, me habló de su hija y parte de su vida, la parte falsa. Embobado poco a poco me fui alejando de Natalia hasta que desapareció el lazo y fue simple, ella no dijo nada y yo tampoco. Entonces comencé a estar más tiempo con Jo y empecé a ver algunas cosas que no había visto en ella, su pasión por lo mismo que yo, la simpleza de sus actos, el magnetismo de su persona y la casi mágica manera de decir las cosas, ahora si que estaba enamorándome casi enfermizamente. Tenía la necesidad de verla, pasaba horas caminando a través de su pasaje, esperando a que ella llegara, tan solo para decirle hola. Conversábamos demasiado, me sentía muy cómodo con ella y yo creía que todo iba bien, creía. Un día, bueno más bien una noche fui a su casa a conversar con ella y estaba sola, ahora o nunca pensé, iba con la intención de todo, pero nuevamente mi amigo el destino empezó a jugarme mal, me lo merecía, y antes de que yo pudiera decir algo. “Con Pablo siempre nos hemos llevado bien, es más cuando estuve con él, bueno haciendo a la Antonia, me sentí como nunca, fue lo más hermoso de mi vida”, fue un golpe demasiado duro, llegué a ver como mi cara se desmoronaba cuando ella me contaba con detalles todo lo que pasó, cuanto lo amaba, cuanto lo quería, cuan feliz era con él y todo en una misma noche, yo quería desaparecer, quería que la tierra me tragara, no podía contener el nudo en mi garganta e inventé que tenía que hacer y desaparecí, no fueron más de 10 minutos los que estuve allí, pero me parecieron eternos. Caminé lentamente a mi casa, demasiado lento, jamás había visto tantas caras nuevas, ni tanto detalles de las casas, tantos árboles, tantas flores, tantos niños jugando, tanta gente riendo, tantas luces, tanta gente conocida, tantas formas nuevas de llegar a mi casa y tantas formas de desaparecer de ese lugar. Llegué a mi casa y solo me dirigí a la cama a pensar, fue una noche larga, demasiado para mi gusto, la música fue mi único acompañante y no tenía fuerzas de nada. Al otro día decidí llamar a Natalia, pero ella hizo lo que tenía que hacer, cortarme el teléfono al escuchar mi voz, sin escuchar ninguna explicación de mi parte. Natalia no me ha vuelto a hablar y yo tampoco tendría la cara de hacerlo y con Jo, bueno aun me duele verla con él, pero tengo que aceptarlo ella es feliz y ante eso yo no puedo hacer nada, además él tiene una gran ventaja, tiene una hija maravillosa con ella.

Bueno, ahora sigo solo, solo con la esperanza de que alguna vez tendré nuevamente a mi nueva “Andrea”, aunque dudo que eso pasé luego, me he creado demasiadas inseguridades ante todo esto que me ha pasado, creo que tengo miedo a amar y no sé realmente como superarlo.

Ahora solo sé que tengo que avanzar de una u otra manera y dejar atrás todo el pasado, además ha aparecido alguien nuevamente, alguien que realmente me deja mal o me deja bien, alguien que juega conmigo, alguien que me confunde, alguien que me ama y me odia, alguien que creo poder amar y espero que me quite el temor que llevo dentro de mi corazón.

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