martes, abril 12, 2005

El Asalto. Retrato a lo Absurdo II

- ¿Cuánto es?
- Son Quinientos pesos
- Toma aquí esta
- Gracias, Chauz

Me quedé solo en local como cualquier otro día común y silvestre... Me dedicaba a terminar alguno de mis eternos tipeos entregados por Don Patricio, cuando de repente veo a alguien que se sienta afuera en la banca del local, salgo a preguntar, pero él se me adelanta y entra...

Me preguntaba a cerca de la Helen y yo le respondí que no sabía en donde estaba, pero si la necesitaba podía hablar en la semana con ella, mientras yo le comentaba eso, el miraba frenéticamente por todos lados el local. Cuando me intente a sacarlo del local, porque sentía que pasaba algo raro, entró otro tipo y entonces pensé ... Cagué ... Entró y empezó a preguntarme por la Helen y que necesitaba hablar con ella porque encesitaba plata, yo le respondía lo mismo, mientras el otro tipo que era muy pequeño, de porte porque tenía más o menos como 25 años, buscaba por todos lados algo de valor, miraba dentro de mi mochila y buscaba por allá y por acá, mientras el otro tipo trataba de intimidarme, me tocaba, me sacaba los lentes y hueveaba, me preguntaba muchas cosas e intentaba responderle lo más posible, mientras poco a poco me ponía tapando la caja para que no vieran donde esa la plata, ya cuanto entendió no antes sus pedidos de plata yo no iba a sucumbir, decidió recurrir a lo más básico a amenazarme con que tenía un cuchillo y me iba a matar, jamás me pude dar cuenta si lo tenía o no, así que preferí prevenir antes de lamentar y les dije que cuanto necesitaban... Ahora me acuerdo de algo extra... de un dialogo que ocurrió entre el y yo preguntándome si sabía quien era él y su fama de matón y en mi forma tan especial de ser conteste : “La dura que no sé”, lo cual provocó un poco de alteración en él y me pidió la plata, decidí darles $1.000 pesos, pero fue un gran error, ya que descubrieron donde estaba la caja, me sacaron, y bueno ya saben... sacaron todo lo que tenían que sacar... hasta las monedas de pesos, mientras yo miraba impotente la situación...

Todo hubiera sido hasta allí si yo no hubiese sido tan pastel de quedarme allí mirando como lo hacían, ya que después de sacar las cosas me revisaron y me encontraron dos lucas que había cambiado en la mañana por monedas de 100 que tenía yo... Cuento corto me cagaron con dos lucas...

Lo más chistoso de toda esta situación que durante todo eso no sentí miedo, ni incomodidez alguna, solo hasta cuando los vi correr y pensar en como se lo explicaría a la Helen... Ahhhh!!!! Y justo después que se fueron llegaron varios clientes más...

CONCLUSIÓN : EL KARMA ME ODIA...!

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